Y hay un movimiento, y existe un camino para los encuentros, claridades que nos deleitan con sus formas y sus gracias. Todo… todo es belleza.
El hombre decidió ser carne, y trasmutó el pensamiento del amor en deseo material, buscando la expresión del cuerpo nuevo y llevando consigo, tras su destierro, una maldición de dolor y hambre. Quizás la ceguera fue impuesta y el mismo hombre se atrevió a dejar su mirada libre sin pensar en la eternidad, no hay marcha atrás, siempre sabrá, aún sin pronunciarlo, que al final hay muerte corporal.
Donde estoy? Quien soy? Cuando podré irme de aquí? Cuando llegué?
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Atte.